El Día Internacional contra el Cambio Climático, celebrado cada 24 de octubre, es una fecha clave para concienciar sobre los efectos cada vez más visibles y peligrosos del cambio climático en nuestro planeta. Este día busca alertar sobre los riesgos asociados al calentamiento global, como el aumento de fenómenos meteorológicos extremos, el deshielo de los glaciares, la elevación del nivel del mar, y la pérdida de biodiversidad.

El cambio climático implica variaciones significativas en el clima y la temperatura global a largo plazo, las cuales, aunque tienen causas naturales, han sido intensificadas y aceleradas en el último siglo debido a actividades humanas como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y el uso de prácticas agrícolas insostenibles. Estas actividades incrementan los niveles de gases de efecto invernadero en la atmósfera, atrapando más calor y provocando un desequilibrio en los ecosistemas naturales.

Para enfrentar esta crisis, es necesario fomentar acciones de mitigación y adaptación, como la transición a energías renovables, el reforestamiento, la reducción del consumo de recursos y la adopción de prácticas sostenibles en todos los niveles. El cambio climático es un desafío que afecta a toda la humanidad, y se requiere un compromiso global para lograr un impacto significativo y proteger el planeta para las generaciones futuras.